Hoy te siento a mi lado.
A falta de una persona que me escuche, a falta de alguien con quien hablar. No hago más que pensar en que va a pasar mañana, veo tanta gente con las cosas tan sencillas, y yo empiezo a temer la crisis. Preguntándome cada día si este año podremos tener Navidad, porque quizá cumplir mi sueño ha sido una navidad por adelantado y egoista para mí. Pero… ¿para él, que lo da todo por mí? ¿para mi familia que en la lejanía lo da todo por mí?
Intento ver todo con ilusión pero me falta el aire. A falta de una persona que me de un consejo, me acuerdo de ti. El sábado por la tarde, en casa, te eché de menos. Eché de menos poder llamarte y preguntarte que harías tu. Por que siempre sabías que decirme. Me enseñaste muchas cosas, no necesariamente académicas, porque no tuviste las oportunidades de estudiar que tuve yo. Pero si me enseñaste la importancia de ser buena, el querer a los demás, la importancia de la risa y aún así hoy me siento desolada. Siento que no soy capaz de hacer nada por mi misma, me paso los días buscando la aprobación de la gente que quiero.
Me acuerdo de ti ahora, porque se que la navidad te encantaba, era de tus fechas favoritas, conseguiste trasmitirme ese sentimiento, por ello quizá estoy tan preocupada. Porque a pesar de todo lo que me enseñaste, no consigo a veces dejar de envidiar a los demás, ni tampoco consigo hacer algo para que nuestra situación mejore.
Solo puedo cerrar los ojos e imaginar, imaginarte sacando la baraja de cartas del cajón, contandome un chiste mientras repartías para una «escoba» y hacías que me olvidase de lo que me rondaba en la cabeza, porque aunque yo no te contase nada, creo que lo sabías con solo mirarme. Imaginarte sentado en aquella silla de playa dándonos 100 pesetas para un helado. Y ahora, te recuerdo. Recuerdo aquella tarde de invierno, yo acababa de cumplir 15 años, y tu, te tenías que ir, esperaste a que estuvieramos prácticamente todos a tu lado, y te fuiste, espero que en paz. Pero te extraño y me pregunto si estarás orgulloso de mí, me pregunto si allá donde estés piensas en nosotros, y apruebas lo que hacemos. El último beso que con esfuerzo me diste, a veces aún puedo sentirlo. Se que no volverás pero ojala estuvieras aquí.
¿Cuánto tiempo ha de pasar para sentir que ya no estás viviendo?
Abu, te echo de menos, te quiero mucho.
Sonando: «Ecos eternos» Sencilla alegría. Luz Casal.
Sabor de este freyisuisse: Minimilk