Sabe a Yogur.

Sabe a Yogur.


¿Qué es amar?

¿Qué es querer?

¿Qué es sentir?

¿Qué es el amor?

Sabe a yogur

¿Lo has probado ya tú?

¿Es que no te gustó?

¿Ya no va junto a ti?

¿Ya no quieres que esté?

¿O no sabes donde está?


Lo hice, lo destapé. Su intenso y afrutado aroma se recrea amistosamente alrededor de mi poco estilosa pero pronunciada nariz hasta introducirse suave y calidamente llenando por completo mis hoquedades que se deleitan con un leve aleteo mientras aspiro ese aire perfumando. Mis ojos miran fijamente ese color, brillante y apagado, pastel y neón que espera ser devorado. Su luz parpadea y mi vista se nubla de gozo al acercarse el momento.  No puedo resistirme y mi meñique roza suavemente su textura deliciosamente suave, cremosa, sin deshacer su figura, ahora llevo su olor en mi piel. El silencio es mi aliado en este momento de placer. Mi lengua está preparada para esa explosión de sabor, mis sentidos, todos van a disfrutar de este momento, cojo el instrumento adecuado y lo pruebo. Su sabor llena por completo mi boca que se vuelve agua, un manantial, una catarata que fluye hacia el mar. Lo hago, una y otra vez. Cuando todo llega a su fin, cuando el éxtasis invade el lugar, entonces trago y guardo en mi recuerdo esos momentos. Empiezo a planear la próxima vez, la próxima vez que me coma un yogur natural azucarado.


Sonando: «L.O.V.E.» (Nat King Cole) Versión de Joss Stone

Sabor de este freyisuisse:  Yogur natural azucarado y una pizca de jengibre.

ICarly

ICarly

Me encanta el mundo internauta. Por eso hoy, mientras veo ICarly he pensado que sería gracioso tener un programa a través de la web, pero a la vez me doy cuenta de que me falta algo de salero y me sobran ya algunos años.  Me gusta el modo en el que llevan su pequeño espacio, pero se me hacen pesadas las situaciones habituales de los personajes y los personajes entre ellos.  SÍ, veo ICarly, es una de las series de Nick que me gustan, me hacen vivir un sueño sobre lo que me habría gustado vivir. A pesar de que las que veía hace unos años eran más cutres a la hora de la grabación tenían un algo especial que no tienen las actuales. Bueno, a lo que iba, si hace años tuviese los medios actuales, me habría encantado tener un pequeño rincón como el de ICarly, donde gamberrear para todo el mundo. Ahora me siento un poco viejuna para eso, aunque igual en un ataque de locura hago algo. En realidad, sin ir más lejos, cree mis propios microprogramas de radio que colgue de una conocida página de videos de internet. Pero no tengo el suficiente empuje para crear algo y que dure. Aunque como veis estoy dandole caña al blog, a ver si consigo algo, jejeje. Al menos lo que estudio ahora satisface esa parte de mí, así que no creo que se me de por ahí.

Enfin, ahora podéis reíros de mí en los comentarios por ver ICarly, jajaja.

Sonando: Leave it all to meBSO ICarly.

Sabor de este Freyissuise: Lima, Limón, Naranja y Nata.

El ángel que fui

El ángel que fui.

Algún día volveré a ser el ángel que fui.

Todo empezó cuando recordé que ni el fin de semana libera ya mi mente de la presión de tener que decidir. Y a pesar de que lo más absurdo es a veces el tema de conversación de horas o días, y las pequeñas bromas que nos hacen disfrutar del día a día siguen resonando en mi cabeza. A pesar de que los mismos repetidos chistes aún me hacen gracia y la misma mirada de inocencia me despierta un sentimiento de seguridad cuando te veo. A pesar de que es viernes y todavía parece temprano y no hay suficientes panchitos para ver la tele con tranquilidad… a pesar de eso, nos disgregamos cada uno en nuestros quehaceres y rememoro viejos tiempos de viciadas a alguna serie de anime que me envíe a un mundo fantástico en el que soñar, como cuando era niña. Lo necesito, hoy lo necesito, porque tengo miedo. Tengo pánico a lo que vendrá mañana o pasado, a enfrentarme a mi destino.

Y quiero olvidarme de decidir y pensar en el año que viene, en cosas sin importancia, como de que me disfrazaré para el Expomanga. Esperando que llegué mañana y poder comenzar a acumular valor para el lunes dar un paso más camino de mis sueños. Pero no puedo. Y se que quizá algún día alguien hable de mí, como hoy yo hablo de ellos, mis «heroes», los que con su voz llenan de vida imagenes vacías muchas veces carentes de sentido. Pero tengo miedo.

Y a pesar de mi miedo se que…

Algún día volveré a ser el ángel que fui, sin tener que forzar una sonrisa, ni tener mis alas plegadas. Algún día mi voz no me dolerá. Algún día sabré que hacer.

Entonces… sonreiré, para ti, para él, para ella, para ellos y ellas, para vosotros y nosotros, pero sobre todo para mi misma.

Sonando: «Alone» (6º opening de Bleach) de Aqua Timez.

Sabor de este freyisuisse: Chocolate amargo, limón y pistacho.

Impaciencia

Impaciencia:

¿Publicas?

Sí, ahora.

¿Vas a tardar mucho más?

No, ahora mismo escribo el post.

¿Pero te va a llevar mucho?

No, escribiré algo cortito.

¿Hola?

Ya va… ya va…

Sonando: «Cacho a Cacho», Estopa

Sabor de este freyisuisse: Mezcla de cítricos: limón, naranja, pomelo, lima y mandarina; en un vaso alto con el borde de azúcar al kiwi.

¿Bailas?

¿Bailas?

Con esa sencilla pregunta a nivel gramatical se inician complejas relaciones interpersonales. Para bien o para mal, si dices que sí puedes acabar pasando una noche de escandalo, y quizá quedar otra vez con quien te pidió ese baile, si en cambio dices que no, puedes crear una sensación de malestar en la otra persona, e incluso en ti mismo, al ver como del mismo modo que tu rechazste ese baile te rechaza a ti el resto de la gente de alrededor. El baile ha sido desde siempre necesario en las culturas, con el se celebraban ritos de agradecimiento o de petición a los dioses. Los bailes que ahora tienen la vanal tarea de relacionarnos con los demás en otra época eran algo más que una mera frase para romper el hielo. Los vals quedaban reservados a los novios después de la ceremonia, el chotis era cosa de Madrid y la muñeira de Gallegos y aún teniendo esos bailes la gente conocía España por las Sevillanas; el pasadoble, el tango eran bailes con fuerza y pasión, el twist era cosa de locos jóvenes con ganas de mover el esqueleto todo lo que no se pudo anteriormente, al igual que el rock n’ roll, la salsa quedaba en manos de las chicas latinas y sus caderas de goma. Muchos tipos de baile para muchos tipos de personas. Poca música de estos tiempos es bailable o se baila de un modo en el que no necesitas saber más que como disimular tu ridículo escondiéndolo entre el ridículo ajeno. Me entristece pensar que el ¿Bailas? no sea ya más que la frase que precede al ya casi olvidado ¿Estudias o trabajas? Recordando cuando en otros tiempos, bailar era bailar, y mientras bailabas podías preguntarle a la otra persona lo que necesitases saber y si todo iba bien la noche se haría corta, si en cambio no era lo que buscabas la noche sería solo una más de busqueda interminable…

Así que con brillo en los labios, mi copa helada en la mano, mi mejor atuendo, me acerco a la barra, a tu lado, y mirandote a los ojos pregunto con inocencia… ¿Bailas?

Sonando: «Bailando» Alaska y Dinarama.

Sabor de este freyisuisse: Pomelo, limón, mandarina, una rodajita de kiwi y una piedrecita de azúcar.