Distimia

Distimia 

 

Me domina a mi misma la  Distimia

desde hace varios años me envenena

no he venido a contarlo  aquí por pena

sino por huir al fin de esta anonimia.

 

Buscando sin cesar el ser eximia

mi pesimismo es siempre una faena

mi soledad será  mi propia trena

y nunca dejaré de ser tan nimia.

 

Quizá curarme empiece por contarlo

con pinzas arrancarme las espinas

sangrar al aire y luego suturarlo.

 

Si el miedo no me deja otra salida

tendré que recurrir a medicinas

mas no quiero vivir siempre perdida.

Así fui, así soy.

Así fui, así soy.

 

No se como ser yo de otra manera,

no se como quererme sin que duela,

sentirme algo mejor que sucia suela,

besando sin cesar la dura  acera. 

 

Tras un año vacío seré sincera,

lo propio es  resumir esta novela,

en el alma clavada está una espuela

de tiempos de tormento y de flojera.

 

Quisiera superar estos temores

poder dejar atrás mi sufrimiento

llegar a ser mejor de los mejores,

 

sentir que puedo ser feliz queriendo

vivir sin miedo,  aceptar mi talento

pues así soy y así he de seguir siendo.

Despertar

Despertar

Despertar separados

lejos, en la distancia

a estrellas abrazados

sin perder la elegancia.

Tu mirada perdida

allá en el horizonte

buscando la salida

por no perder el norte.

Te miro, tú me miras

lejano en el espacio

oigo como suspiras

y te beso despacio.

Tus labios de sandía

con su fresco sabor

tu voz su melodía

que calma mi dolor.

Espero no te importe

que te escriba estos versos

se que es no es un gran aporte

también se que están dispersos

mas no tengo ahora otro modo

de hacerte saber lo hermoso

que es vivir siempre a tu lado

y que eres maravilloso.

Sonando: “Your song”  Elton John

Sabor de este freyisuisse: Sandía fresca y cocacola.

Caracol, col, col.

Caracol, col, col.

Tras la puesta de sol

repleta de belleza

paseaba un caracol

detrás de la maleza

y en la roca subido

oteaba grácilmente,

– Parece que ha llovido-

dijo grandilocuente

las gotas en las hojas

temblaron lentamente

y el bello caracol

sonrió alegremente.

Pues tras la lluvia fina

salió la luna llena

 y con su tez albina

calmó toda su pena.

Miraba con pasión

aquel cielo estrellado

sintió su corazón

feliz y consolado,

tras horas sin dormir

solo mirando al cielo

dejó al fin de sufrir

hallando en él consuelo.

Amanecía de nuevo

en el extenso prado

el sol grande y longevo

había al  fin despertado.

En ese nuevo día

el esbelto caracol

gozoso y con energía

sacó sus cuernos al sol.

Sonando: «May it be»  Enya

Sabor de este freyisuisse:  Frutas del bosque y un chorrito de chocolate amargo caliente.

Sabe a Yogur.

Sabe a Yogur.


¿Qué es amar?

¿Qué es querer?

¿Qué es sentir?

¿Qué es el amor?

Sabe a yogur

¿Lo has probado ya tú?

¿Es que no te gustó?

¿Ya no va junto a ti?

¿Ya no quieres que esté?

¿O no sabes donde está?


Lo hice, lo destapé. Su intenso y afrutado aroma se recrea amistosamente alrededor de mi poco estilosa pero pronunciada nariz hasta introducirse suave y calidamente llenando por completo mis hoquedades que se deleitan con un leve aleteo mientras aspiro ese aire perfumando. Mis ojos miran fijamente ese color, brillante y apagado, pastel y neón que espera ser devorado. Su luz parpadea y mi vista se nubla de gozo al acercarse el momento.  No puedo resistirme y mi meñique roza suavemente su textura deliciosamente suave, cremosa, sin deshacer su figura, ahora llevo su olor en mi piel. El silencio es mi aliado en este momento de placer. Mi lengua está preparada para esa explosión de sabor, mis sentidos, todos van a disfrutar de este momento, cojo el instrumento adecuado y lo pruebo. Su sabor llena por completo mi boca que se vuelve agua, un manantial, una catarata que fluye hacia el mar. Lo hago, una y otra vez. Cuando todo llega a su fin, cuando el éxtasis invade el lugar, entonces trago y guardo en mi recuerdo esos momentos. Empiezo a planear la próxima vez, la próxima vez que me coma un yogur natural azucarado.


Sonando: «L.O.V.E.» (Nat King Cole) Versión de Joss Stone

Sabor de este freyisuisse:  Yogur natural azucarado y una pizca de jengibre.

Algo más de un mes.

Algo más de un mes.

Ha pasado algo más de un mes, algo más de un año y no más de diez. Los versos brotan en mi mente como margaritas bajo el sol ardiente.
Nada mejor que dar paso a  la poesía, que no quede duda alguna, es mía.

No veo vida
a mi alrededor
ni una salida
ni un pulsador
ni una llave
ni un cerrojo
ni una planta
ni un despojo
solo un desierto
en medio del mar
no hay modo alguno
no puedo escapar
si quiero vivir
tendre que luchar
me toca sufrir
me toca llorar
me toca reir
me toca pensar
me toca sentir
me toca tocar.

Sonando: Las teclas del ordenador de al lado.

Sabor de este Freyisuisse: Chocolate y nata (un clásico)

ICarly

ICarly

Me encanta el mundo internauta. Por eso hoy, mientras veo ICarly he pensado que sería gracioso tener un programa a través de la web, pero a la vez me doy cuenta de que me falta algo de salero y me sobran ya algunos años.  Me gusta el modo en el que llevan su pequeño espacio, pero se me hacen pesadas las situaciones habituales de los personajes y los personajes entre ellos.  SÍ, veo ICarly, es una de las series de Nick que me gustan, me hacen vivir un sueño sobre lo que me habría gustado vivir. A pesar de que las que veía hace unos años eran más cutres a la hora de la grabación tenían un algo especial que no tienen las actuales. Bueno, a lo que iba, si hace años tuviese los medios actuales, me habría encantado tener un pequeño rincón como el de ICarly, donde gamberrear para todo el mundo. Ahora me siento un poco viejuna para eso, aunque igual en un ataque de locura hago algo. En realidad, sin ir más lejos, cree mis propios microprogramas de radio que colgue de una conocida página de videos de internet. Pero no tengo el suficiente empuje para crear algo y que dure. Aunque como veis estoy dandole caña al blog, a ver si consigo algo, jejeje. Al menos lo que estudio ahora satisface esa parte de mí, así que no creo que se me de por ahí.

Enfin, ahora podéis reíros de mí en los comentarios por ver ICarly, jajaja.

Sonando: Leave it all to meBSO ICarly.

Sabor de este Freyissuise: Lima, Limón, Naranja y Nata.

Como hemos cambiado

Como hemos cambiado:


Esta noche, buscando algo de literatura en mi estantería, vi dos llamativos sobres amarillos, la palabra kodak a uno de los lados. Los cogí, los abrí y saqué de dentro un paquetito de recuerdos, de gente de la que ya no se nada y que en una etapa de mi vida lo fueron todo. También encontré recuerdos de algún viaje, por España y el extranjero, pero hoy quería dedicar una entrada a esa parte de mi vida que parece haber desaparecido.

De ahí el título, que lejos ha quedado aquella amistad… o al menos lo parece.  Con lo joven que soy y la de recuerdos que tengo atesorados, algunos malos, pero también bastantes buenos. Atesoradas están en mi mente todos los carnavales en el instituto, disfrazada de india o de abeja maya reivindicativa, con un «Nunca máis» escrito en el amarillito de aquellas tiras de papel brillante que pegamos a la bolsa de basura que llevabamos por traje.  Y aunque es cierto que las redes sociales de internet me han enseñado que estais bien, todo lo hemos olvidado, cada uno hemos seguido un camino y ahora que miro las fotos, con añoranza de aquella inocencia, con añoranza de aquella despreocupación en la que el único agobio era si saldría el spray verde del pelo antes de que se acabaran los carnavales, con añoranza de aquella visita a Disney, en el laberinto de Alicia y de noche, en la Torre Eiffel, con añoranza de fotos de fotomatón y de aquellos garitos en los que pedíamos nuestras primeras copas, ahora que miro las fotos y echo la vista atrás, después de haberme hecho de piedra tratando de olvidar, me doy cuenta de lo mucho que os he querido y os quiero, aunque se separasen nuestros destinos.

Ahora ya no voy de garitos, ¡como hemos cambiado! tengo otros entretenimientos y otros desvelos que pensar que soy demasiado cobarde para hablar con los chicos, esa etapa, para bien o para mal, ya ha pasado y aunque eche de menos muchas cosas y a vosotras, soy muy feliz.  Espero que vuestros rumbos os resulten llevaderos al menos y que seais felices, tanto como yo lo soy. Y que estéis estornudando* ahora, mientras yo os recuerdo y hablo de vosotras para los que aquí me leen.

Me despido con lo que está sonando y el sabor dulce almibarado de este freyisuisse.


Sonando: Como hemos cambiado”Presuntos Implicados.

Sabor de este Freyissuise: Mezcla de frutas con mucho almíbar y un minimilk.

___

* En la cultura japonesa dicen que cuando una persona estornuda, sin motivo, es porque alguien está hablando de ella.

Regálame tu universo.

Regálame un universo.

Regálame una estrella

en el lejano espacio

dentro de una botella

que beberé despacio,

rico licor celeste

azul, anaranjado

rojizo y luego agreste

que pronto se ha apagado.


Regálame una Luna

en su cuarto creciente

que luego se hará llena

con brillo reluciente

satélite cantor

que gira sin cesar

sin saber que a su amor

nunca podrá alcanzar.


Regálame un poema

sobre el cielo nocturno

sobre constelaciones

o un astro taciturno,

regálame a Polaris

Tú, mi astronauta fiel,

regálame galaxias

pintadas en mi piel.

Sonando: Dunas de poemas”Rosana.

Sabor de este Freyissuise: Vainilla y mango de color del Sol.

Un corazón en llamas sobre cenizas.

Un corazón en llamas sobre cenizas:

De cómo le conocí hasta hoy.


Capitulo I: Primeros momentos.


Poesía es un conjunto de palabras que salen del alma cuando menos te lo esperas, es un cúmulo de sentimientos, un describir momentos, un sentido activado de repente, el gusto, el olfato, el oído, el tacto, la vista. La visión de un olor que sabe a música. La tormenta de un ser que se desvanece en el mar en mitad de un anochecer tan rojo como la sangre de un corazón enamorado. La poesía es un antes, un durante y un después.

Mi historia, la que hoy voy a contar, es pura poesía, nacida de un corazón en llamas cuando aún era cenizas. No creáis que es imposible arder sobre cenizas, aunque no lo parezca no hay nada imposible, bueno si, algo sí, que esta historia se termine. Pero ya entenderéis el porqué, no es momento ahora para esos desvelos.

Lo común nos hace accesibles a los demás. Él y yo teníamos algunas cosas en común aunque menos de las que quizá nos gustaría. O quizá no, las diferencias nos hacen seres únicos, algo que en una sociedad en busca del estereotipo perfecto no abunda. En el mundo había algo que nos unía y que en aquella época aún era bien apreciado por los dos. En el mundo había algo en lo que los dos pensábamos, para lo que los dos trabajábamos, en definitiva, algo a lo que los dos dedicábamos nuestro tesoro más preciado, el tiempo. Él y yo teníamos una afición común gracias a la que mantuvimos nuestros primeros contactos. Simples saludos o ironías sin importancia ya que las mayores ironías nos las jugaría la propia vida, ya lo iréis viendo. Internet nos brindó la oportunidad que el azar nos negó. Quince años en la misma ciudad son muchos para no habernos cruzado ninguna vez. Esa iba a ser la primera de las tantas ironías que la vida nos ha puesto sobre la mesa. Nunca nos habíamos visto, ni cruzado, en quince años que sarcástico resulta el destino cuando quiere. Y a la vez que bello al reunirnos en un lugar mucho más grande, extenso y amplio que una ciudad, como es la red internauta.  Él y yo nos conocimos en Internet, sí, allí fue.

Y como si de un simple juego de naves espaciales se tratara, como si pilotásemos una nave colonizadora en busca de un hueco en un sistema solar de una galaxia perdida en lo más recóndito de un universo cualquiera, comenzamos a  volar juntos en conversaciones eternas hasta las madrugadas. Conversaciones de todo y de nada, conversaciones de bar y de embajada, conversaciones declarando intenciones y firmando treguas a algunas discusiones. Conversaciones entre los dos y con más gente. Hablando de la universidad y de la vida, hablando del universo, de los compañeros, de las alianzas y demás cosas de un juego que nos lleno por bastante tiempo. Una de esas charlas es hoy otra curiosa ironía, que nos regalo nuestro sentido del humor, cuando yo aún bebía los vientos a otro chico de mi edad, cuando en aquel universo en el que los dos intercambiábamos a menudo respuestas del trivial, acordamos que nos casaríamos. Espero que se acuerde, de cómo nos reíamos cuando preparábamos la boda delante de todos, eligiendo los invitados y demás, observando como toda la gente se lo tomaba en serio y como se quedaron cuando vieron que solo era un chiste nuestro. Espero que se acuerde de esos privados entre lágrimas por las carcajadas que suponía aquella mentirijilla propia de “Inocente, Inocente”.

Tardes de amenas palabras a la salida de la facultad, de planes y  estrategias para un juego ya olvidado. Es difícil saber cuando sucedió pero pasó, nos hicimos muy amigos, y de entre tantas personas que había a mi alrededor, me guarde dos confidentes, Él y el Rey, pero del Rey ya hablaré más adelante. Y siendo mi confidente descubrió mi ocupado corazón, no se qué pudo llegar a pensar, ni cuánto daño le pude hacer, sólo se que al final la táctica del hombro amigo le funcionó. Estuvo a mi lado cuando me reía y cuando lloraba,  sin dar a entender nada de su interior. Olvidándose de sus sentimientos sólo para mí, para que no sufriera yo. Se preocupaba tanto por mí sin que yo lo supiera, buscaba las palabras adecuadas para hacerme sentir bien, con Él a su lado, como amigo, como confidente, nada parecía un problema… todo parecían buenos momentos.
Y a pesar de todas esas risas que hoy guardo en cajitas de recuerdos, no todo iba a ser bonito ni gracioso a nuestro alrededor.  Una noche, entre lágrimas de tristeza, escuché su voz por primera vez. Una voz que hoy puedo escuchar todos los días al levantarme y al acostarme, una voz que siempre dice más lo que piensa que lo que siente, una voz que siempre siente más de lo que dice. Una voz que sentencia cuando habla y resume con silencios. Una voz que arropa y consuela si lo necesitas y es veloz hacha cuando necesitas defensa. Una voz llena de matices, uno por cada película que sus ojos han visto. Una voz llena de conocimientos, uno por cada libro que sus ojos han leído. Una voz para el deseo. Una voz. Así es Él.  Y así se mostró ese día para mí con su hombro, en la lejanía, donde yo poder llorar la llegada de unas cenizas al corazón, la amargura de un corazón roto. Y aún sin conocer una mirada de sus ojos la herida fue sanando. Y así, mientras, continuamos nuestras charlas algún tiempo.


Continuará…

Sonando: «Fly me to the moon»versión de Utada Hikaru

Sabor de este Freyissuise: Stracciatella con galletas.

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